Próximo Domingo 10 de Julio damos de nuevo la bienvenida al Corzo Morisco

El próximo domingo comienza por fin la veda del corzo morisco en Andalucía. Tendremos algo más de un mes para poder dar caza al nomo de los bosques, yo particularmente es algo que vivo con gran entusiasmo ya que en mi trayectoria como cazador tan sólo he podido abatir cuatro ejemplares de morisco.

Aparte de haber hecho un poco de selección, tampoco he tenido muchas oportunidades ya que como sabéis, es un animal bastante astuto y precisamente esto es lo que hace que me guste tanto.

Su astucia y saber hace que en muchos casos haya ejemplares que lleguen a su plena madurez sin ser cazados, es por ello por lo que existen buenos ejemplares en nuestra zona e incluso algunos suelen dar la sorpresa por estas fechas y se dejan llevar por su intenso celo.

Personalmente, puedo decir que el último que cacé fue una experiencia inolvidable, a la que no sabría si llamarle suerte, pero reaccioné rápidamente y en cuestión de segundos utilicé un medio de la vieja usanza por antiguos cazadores en la caza del corzo morisco.

Me remonto a los hechos, en los que me encontraba en una preciosa finca de Cádiz llamada “Barria”, cuando a unos 180 metros entre el monte tuve la suerte de contemplar una collera de corzos en celo y no dude en echarme el rifle a la cara al ver que se trataba de un buen ejemplar de corzo. En ese momento la corza que siempre permanece en alerta, me detectó y echó a correr y el macho tras ello.

Fue entonces cuando recordé un consejo de un gran cazador y amigo mío “Antonio el Melli”:

- Victor tú siempre que seas detectado por un corzo no te muevas, siempre quieto, ya que si no saben de qué tipo de peligro ven amenazados vuelven para ver de qué se trata.

Y así fue, incluso habiéndome ladrado no deje de mirar con el visor. ¿Cuál fue mi sorpresa? Apenas habiendo pasado un minuto, el corzo macho se encontraba mirándome de frente dando manotazos en el suelo y aguantando la respiración apreté el gatillo de mi malincher con la suerte de tener un certero disparo en el codillo del animal.

Ese fue mi último corzo morisco, el cual tuve que transportar en hombros más de 1 hora hasta llegar donde me esperaba mi amigo “Juan Pazos” en el carril con cara de asombro como diciendo: ¡por fin mato el corzo! jeje

Poco a poco os iré contando alguno de tantos anécdotas de caza y espero que ustedes dejéis o nos enviéis las vuestras.